por Natalia Ruiz de Olalla / 5 minutos y medio de lectura
Hace poco, leí un artículo cuyo titular decía así: “Decenas de científicos respaldan “la posibilidad real” de que muchos animales tengan consciencia”.
¡Lo que nos queda todavía!
Lo primero que me vino a la mente nada más leerlo fue: “¿Todavía se cuestiona lo evidente? ¿Nos lo tienen que ratificar desde la ciencia para que lo aceptemos? ¿Dónde queda la experiencia de cada persona?”
Después de mi explosión inicial, me di cuenta de que mi forma de relacionarme, percibir y sentir a los animales no es la habitual en la sociedad en la que vivo. Llevo tantos años comunicando con los animales que ya lo he normalizado e integrado en mi vida, y el hecho de que se cuestione su consciencia me parece absurdo. Sin embargo, para la mayoría de las personas de esta sociedad, los animales son seres inferiores y no conscientes. De manera que, si un grupo de científicos hace una afirmación como ésa, está claro que los tiempos están cambiando a mejor. Así que, empecé a leer el artículo con atención.
Conferencia de la ciencia emergente de Conciencia Animal
El 19 de abril de 2024 se celebró la “Conferencia de la ciencia emergente de Conciencia Animal” en la Universidad de Nueva York, donde un grupo de miembros de las comunidades científica y filosófica anunciaron “La Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal”.
En este evento público, los expertos se preguntaban qué animales tienen conciencia, entendida como la capacidad de tener sentimientos y experiencias subjetivas como miedo, dolor, placer y otras emociones y vivencias; de ser conscientes de sí mismos y del entorno; de tener capacidad de sentir y experimentar cosas.
Durante mucho tiempo esta cuestión no fue tenida en cuenta por la ciencia; sin embargo, ahora está surgiendo un nuevo campo científico interdisciplinario, una nueva ciencia para abordar este tema desde la Neurociencia, la Psicología, la Biología Evolutiva, el Bienestar Animal, la Veterinaria, las Ciencias Sociales y las Humanidades, de ahí la denominación de ciencia emergente de Conciencia Animal.
Los últimos descubrimientos sobre la cognición y el comportamiento animal insinúan vidas interiores sorprendentemente ricas en una gama muy amplia de animales, incluidos muchos invertebrados, lo que ha impulsado un renovado debate sobre la conciencia animal.
Diez ejemplos clave de consciencia en animales no humanos
Expusieron diez ejemplos clave de lo que se había detectado en las conductas de: cuervos, pulpos, calamares, peces labroides, peces cebra, cangrejos, abejas, rayas, culebras y moscas de la fruta.
Observaron que las abejas muestran comportamientos que se asemejan al juego, lo que sugiere la existencia de estados emocionales positivos, y que las moscas de la fruta tienen patrones de sueño que se alteran con el aislamiento social como sucede con los seres humanos.
Conductas como el aprendizaje, la planificación, la memoria, la resolución de problemas o el autorreconocimiento, entre otras, sugieren que las mentes de los animales invertebrados son mucho más complejas de lo que se pensaba. Estos comportamientos solo se atribuían a los humanos y a algunos mamíferos, y se interpretaban como evidencia de consciencia.
La con(s)ciencia y las experiencias subjetivas
De manera que, las crecientes pruebas científicas sugieren que todos los animales vertebrados y muchos invertebrados son conscientes y capaces de experimentar el mundo de una manera subjetiva.
Así como los humanos tienen formas de experiencias subjetivas peculiares (p. ej.: el monólogo interior), los animales tienen sus formas particulares de experiencias subjetivas de las que carecen los humanos y de las que éstos no son capaces ni de percibir ni de comprender. Cada especie experimenta el mundo a su manera. ¿Cómo experimenta el mundo un murciélago o una estrella de mar o un hongo o una mosca?
Pruebas científicas suficientes y la Comunicación Animal
Hasta hace poco se pensaba que solo el ser humano tenía determinadas capacidades y conductas; pero, ahora, la ciencia ya no piensa que sea descabellado atribuirlas a otras especies no humanas. Ya hay pruebas científicas suficientes que afirman que se producen experiencias conscientes en especies muy distintas a la humana.
De hecho, en todas las redes sociales cada vez hay más vídeos de animales con comportamientos que se creía que eran solo de humanos, como el altruismo, prestar o pedir ayuda a otras especies, cuidar y ayudar a otros seres, hacer trampas, etc.
Desde la Comunicación Animal, se sabe y experimenta que los animales, sea cual sea su especie, son sensibles y conscientes, que tienen mente, sentimientos, pensamientos y emociones profundas, y cada uno tiene su personalidad y forma peculiar de experimentar y de estar en el mundo. Ya hay muchos libros e historias publicados al respecto en los que se comprueba que es así. Una de ellas, es la historia de la mosca Fredy, publicada en 1954, en la que se cuenta cómo Fredy interaccionaba con las personas y cómo su comportamiento respondía a una estrategia. Es una historia que me encanta y que suelo contar en los cursos.
Jane Goodall comenta que cuando en 1961 fue a hacer el doctorado a la Universidad de Cambridge, le dijeron que no podía decir que los chimpancés tenían personalidad, mente y emociones porque esas características eran solo de los humanos y además, como científica, no podía tener empatía con los sujetos de su estudio. Afortunadamente, no les hizo caso porque cuando era pequeña tuvo un gran profesor que le enseñó que los animales tienen personalidad, mente y emociones, y que todo lo que le decían esos profesores eruditos de la universidad era totalmente erróneo. Ese gran profesor fue Rusty, su perro callejero.
Desde hace tiempo se sabe que no es necesario tener ni un cerebro ni un sistema nervioso complejo para desarrollar comportamientos que denoten inteligencia y consciencia.
La Declaración de Nueva York sobre la Conciencia Animal
En esta declaración*, todos los asistentes estuvieron de acuerdo en lo siguiente:
1) La atribución de con(s)ciencia a otros mamíferos y a las aves está basada en un sólido respaldo científico.
2) La evidencia empírica indica que existe una posibilidad realista de que todos los vertebrados (incluidos reptiles, anfibios y peces) y muchos invertebrados (como moluscos cefalópodos, crustáceos decápodos e insectos) tienen una experiencia consciente.
3) Cuando existe una posibilidad realista de conciencia o de experiencia consciente en un animal, es irresponsable ignorar esa posibilidad en las decisiones que le puedan afectar. Debemos considerar los riesgos a su bienestar y usar las pruebas para fundamentar nuestras respuestas a esos riesgos.
De momento, la han firmado 480 profesores, investigadores y científicos de universidades y centros de investigación de todo el mundo. Aunque todavía, hay quienes consideran que esas conclusiones son precipitadas y que es pronto para afirmar que esos comportamientos demuestren que esos animales sean conscientes.
Todo está vivo, la conciencia lo impregna todo
En otras culturas, la experiencia de que todo está vivo y tiene conciencia es algo natural y cotidiano. Los animales, los árboles, las montañas, el viento, el agua… todo es consciente, está animado y tiene conciencia. Pero claro, a esto en nuestra cultura se le llama “animismo” y se considera propio de civilizaciones primitivas y supersticiosas, no “avanzadas” ni científicas como la nuestra.
Sin embargo, la ciencia de nuestra cultura está empezando a reconocer poco a poco la con(s)ciencia en los animales, las plantas, los insectos, los árboles… ¿No es genial?
La ciencia está comprobando lo que ya experimentamos y sabemos millones de personas a lo largo y ancho del planeta y de los tiempos: los animales son conscientes, todo está vivo, la conciencia lo impregna todo.
Los animales y las plantas siempre han sido así, como son. Quien está cambiando el enfoque y la manera de percibirlos y entenderlos es el ser humano occidental del siglo XXI. Ésta es la clave.
La importancia del reconocimiento científico
La existencia de este reconocimiento científico sirve para que quienes no hayan tenido aún la experiencia de esa consciencia en los animales, al conocer todos estos descubrimientos e investigaciones puedan abrir su mente para percibir de otra forma a los seres que les rodean; y es muy útil para quienes ya tienen esa experiencia, ya que, les ayuda a confirmarla y validarla.
Todo este recorrido no deja de ser el camino de la especie Homo Sapiens teniendo su propia experiencia subjetiva y acumulando conocimiento para entender mejor lo que es la vida en el planeta Tierra desde su punto de vista.
Estos resultados científicos dicen claramente que es hora de que la humanidad se baje del pedestal en el que se subió creyendo ser la “especie elegida”. Nuestra especie no es la única consciente.
Ahora mismo, somos millones de personas que experimentamos y sabemos que todos los animales, todas las especies, todos los seres, las plantas, los árboles… son conscientes y son conciencias más allá de sus formas físicas. Lo que hace la ciencia es ir confirmándolo poco a poco.
De manera que, ciencia y con(s)ciencia van de la mano, y mientras a unos les ratifican sus vivencias, a otros les permiten abrir su mente a horizontes insospechados y su corazón, a vivencias inimaginables.
Todos los seres humanos comunicadores animales
Si cada ser humano de este planeta pudiera tener la experiencia de comunicar con un animal, de corazón a corazón, de Ser a Ser, sería una vivencia tan transformadora para nuestra especie que haríamos de nuestro hogar, La Tierra, un auténtico paraíso. Porque una vez que has comunicado con un animal desde el Ser que eres al Ser que es, ya nada vuelve a ser lo mismo. Tu forma de estar, de sentir y de caminar por el mundo se transforma, pasas a otro nivel.
Es más, si esos científicos tuvieran la experiencia de comunicar con un animal, estoy segura de que sus investigaciones serían mucho más interesantes, reveladoras y profundas, y que quizás, hasta descubrirían los mecanismos de la conciencia.
¿Te animas a experimentar la Comunicación Animal?
Si todavía no has tenido la experiencia de comunicar con un animal te animo a que lo hagas, quién sabe si puedes ser el detonante del cambio que necesita nuestra especie para convivir con mayor armonía, alegría, respeto, compasión y consciencia en el planeta.
Si tienes interés en hacer alguna
formación, puedes informarte en este
enlace.
Nota: Las palabras “conciencia” y “consciencia” aunque tienen matices diferentes son sinónimos según el diccionario de la RAE, de ahí que a veces la escriba así :“con(s)ciencia”, como forma de englobar todos los significados.
*https://sites.google.com/nyu.edu/nydeclaration/declaration