por Natalia Ruiz de Olalla / 4 minutos de lectura
Saber reconocer la mente y la sensibilidad de los animales nos ayuda a vivir la vida de una manera más plena, alegre y consciente.
Cuando empecé a comunicar con los animales, me di cuenta de lo ignorante y limitada que vivía.
Solemos creer que los animales no se enteran mucho, cuando la realidad es que tienen emociones y pensamientos profundos y llenos de sabiduría.
Tienen una visión abierta y ligera de la vida y su devenir. Saben que son parte del flujo vital y que pueden ir y venir de la forma a la no-forma con libertad. Además, son capaces de percibirnos mucho mejor de lo que creemos.
La realidad y los animales
Hay tantas maneras distintas de percibir el mundo como especies y criaturas hay en el universo. Lo que consideramos “realidad” es una manera particular en la que nuestra especie ve e interpreta el mundo.
La “inteligencia” del ser humano según los animales y las plantas
Se tiende a medir la inteligencia de los animales según parámetros humanos. Por ejemplo, si se reconocen o no en un espejo; si lo hacen, se les considera “inteligentes” y autoconscientes.
¿Qué sucedería si se midiera la inteligencia del Homo sapiens con parámetros de otras especies?
Por ejemplo, con la capacidad de usar la ecolocalización como hacen los delfines o los murciélagos. O con la capacidad de tomar la energía del Sol y generar clorofila o de eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera, como hacen los árboles y las plantas. ¿Cuál sería nuestro nivel de “inteligencia”?
Hace tiempo escuché que, si una civilización extraterrestre llegara a La Tierra para contactar con la especie con el lenguaje más complejo, lo haría con las ballenas.
Cada animal es un ser con un propósito de vida
Durante todos estos años como comunicadora animal, he podido comprobar que cada animal es una conciencia individual, un ser que desea expresarse y experimentar la vida. Un alma individual con un propósito de vida.
El nuevo paradigma: de la conciencia surge la materia
En nuestra sociedad, el paradigma materialista lo impregna todo. Se da por hecho que de la materia surge la conciencia. Creemos que un cerebro simple o su ausencia, implica una escasa o falta de conciencia y de pensamientos.
He podido comprobar que no es así. La facultad de la conciencia y de pensar no se limita al humano ni a tener cerebro.
Desde finales del siglo pasado, se ha iniciado un cambio de paradigma en la dirección contraria: de la conciencia surge la materia. Algo bien comprendido en antiguas tradiciones.
No somos la especie “elegida”, ¡a ver si nos enteramos de una vez!
Creo que ya es hora de dejar de creernos la especie “elegida”, simplemente, porque unos pocos individuos de Homo sapiens han desarrollado herramientas, conocimiento y tecnología.
¡Relacionémonos con el resto de las especies con compañerismo y compasión! No están solo aquí para nuestro uso y beneficio. Caminamos juntos. Tienen su propósito de vida igual que tú.
Una anécdota de Comunicación Animal: ¡Has cambiado tú!
Si nos abrimos a su sabiduría, podemos aprender mucho de ellos y comprender mejor las situaciones personales que estemos viviendo.
Recuerdo el caso de una mujer que quería saber por qué su gato había cambiado su comportamiento. Había pasado de mantenerse muy distante y no dejarse tocar, a dejarse acariciar y estar cerca de ella.
Cuando comuniqué con el gato, lo primero que expresó fue: “Yo no he cambiado, eres tú quien lo ha hecho. Ahora emanas otra energía y puedo estar cerca de ti. Hasta entonces no podía”.
La mujer se extrañó, pero, al reflexionar, se dio cuenta de que el gato tenía razón. Acababa de introducir cambios en su vida, entre ellos, dejar el trabajo en una funeraria. Ella pensaba que había cambiado él, pero, lo que sucedió fue que, al cambiar ella, él, por fin, pudo acercarse y permitir ser acariciado.
La Comunicación Animal te abre a una realidad más plena y amorosa
Si cambias tu enfoque y tu manera de verles y entenderles, te abres a una visión de la Vida y de la realidad muchísimo más rica, llena de matices y dimensiones que, hasta entonces, estaban ocultos para ti.
¿Te gustaría
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